Dice un buen amigo, un colega bloguero, que algunos hemos perdido la capacidad de asombro, esa que nos permite encontrar en lo cotidiano cosas interesantes.
Normalmente uno tiene la impresión de que los días son iguales, que nada nuevo pasa, que todo se convierte en una monótona de repetición de lo mismo. Yo mismo a veces tengo esa sensación pero siempre busco la manera de cambiar, de salir de ese estado invariable. En ocasiones moviendome de ambiente o bien buscando en lo diario, en lo habitual algo interesante.
Hace unos días después de una larga noche en Caranaval Santiaguero, tuve que levantarme temprano en la mañana para trabajar. Hice un recorrido por la ciudad y me detuve a escuchar y observar todo lo que las personas decían y hacían, todo eso que parece común, ese día resultó interesante y novedoso.
Aquí comparto algunos fragmentos de cotidianidad de Santiago de Cuba, en una mañana de carnaval.
Dos mujeres conversaban:
Pa la barriga que tenía Yineli, que parecía un chipojo, el niño salió con buen peso y tamaño.
Joven conversaba en una esquina con otros
Mira estábamos fajaos desde el día de la invasión (recorrido de la conga de Los Hoyos por la ciudad) porque yo me fui solo, pero ayer nos fuimos para el jurado
Una adolescente le cuenta a su amiga:
Oye ayer te vi en Sueño en el kiosco de la Farandula, te la estabas dando de Cristal y Bucanero, quemándole el bolsillo al punto ese.
En la mañana los pregoneros inundan la ciudad:
Hay lapicero hay cuchilla de afeitar. Azucena hay flores. Aguacate, boniato y guayaba. Culantro, cebollino, pimienta dulce y picante, vamos que me voy. Vendo Granma y Juventud viejos: Pa lo que te acomode.
Un niño pequeño orina parado en la acera y una vecina desde la otra acera le grita:
¡Muchacho como te han crecido los guevones esos!
Un señor, un anciano, le dice a quien parece ser su esposa:
!Oye espérate ahí, tranquila! tranquila que no te van a partir los cojones, ya tu pagaste y tienes el ticket.
En un centro de trabajo, una empresa estatal socialista en perfeccionamiento un grupo de trabajadores discute:
¡Oye eso lo dijo Murillo!
Que Murillo ni que Murillo. A mí no hay quien me venga a hablar de Murillo, yo estoy pagando un frio y un televisor y con esa ley nueva me quedo a fin de mes sin nada. ¿Murillo paga crédito? ¡No jodas!.
Desde dentro de una casa alguien dice:
Oye men no creo, esa muela no me la creo, yo no creo en comunistas que viven como capitalistas, por eso facho (robo) con cojone. Y hoy me voy a gastarla con una madama en el kiosco de la EGREM.
En la entrada de otra empresa estatal socialista
Hoy no es día laborable, hoy es día de fiesta, en carnaval no hay día laborable, en carnaval nadie pincha (trabaja) olvídate de eso