Por Norges C. Rodríguez Almiñán
Conducta avivó el debate sobre la sociedad, la educación y el futuro de la nación. A mí me hizo pensar en todo eso pero también en los comportamientos duales que proliferan en nuestra sociedad y de los que prometí comentar en el post anterior.
Acá muchos fingen, lo hace el que exige “trabajar duro” y tiene garantizado un grupo de servicios básicos y otros no tan básicos que son financiados con el “poco esfuerzo” de los que a diario trabajan “flojo” y lo que reciben a cambio apenas alcanza para los servicios más primordiales.
El médico al que le inquietan ciertas cosas del país o de su centro de trabajo y se encuentra a la espera de una misión al extranjero tiene que fingir y callar, porque corre el riesgo de que se le malogre la única oportunidad de mejorar su casi siempre precaria situación económica.
También finge el deportista que dedica a alguien un triunfo (práctica que por suerte ha ido desapareciendo) y a la vez prepara las condiciones para emigrar (desertar está en desuso) en un próximo viaje en busca de la cúspide de su carrera deportiva.