Cuba: El camino hacia la conectividad

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Foto: Taylor Torres Escalona

Por Norges C. Rodríguez Almiñán

En un post anterior escribí algo motivado por el artículo que publicó el New York Times sobre el acceso a internet en Cuba. En ese post prometí proponer vías posibles para el desarrollo de sector en Cuba, por lo que ahora pretendo compartir algunas ideas sobre el tema.

El editorial del New York Times proponía a Cuba una alianza con Google para lograr el acceso masivo a internet en el país, sin embargo yo creo que no es saludable que ETECSA, que hoy es un monopolio, se asocie solo con una empresa extranjera (sea Google o China Telecom), hacerlo así puede reproducir, aunque con mejor tecnología, los males que le son inherentes a los monopolios.Leer más »

Internet cubano al jengibre

 

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Por Norges C. Rodríguez Almiñán

Salir a la Manigua | En cadenas vivir es vivir en afrenta y oprobio sumido<!–

El lunes 16 de febrero el programa Atomun del canal multinacional Telesur se hizo eco de la llegada de los servicios de la empresa Netflix para los usuarios cubanos.

El conductor hizo una explicación sobre la empresa, su historia, los servicios que brinda y del contexto en el que la misma realiza el anuncio de su llegada a Cuba. También mencionó como dicha experiencia “puede dejar al descubierto el interés de los empresarios de Estados Unidos de ingresar en un mercado totalmente virgen en el tema de las  Telecomunicaciones”. Por otro lado comentó que el anuncio ocurre luego que Obama anunciara el año pasado la eliminación de restricciones para que empresas de Telecomunicaciones puedan invertir en Cuba y de cómo el gobierno cubano asegura que “las propuestas de Washington en este ámbito tiene un claro objetivo de influencia política”. Para argumentar lo anterior el programa se auxilió de un reportaje que realizó un reportero (Alien Fernández) en La Habana en el que entrevistan a Raúl Capote, quien cuenta su experiencia como agente doble (de la CIA y de la Seguridad del Estado), al ingeniero y periodista (así lo presentó el canal) Iroel Sánchez que explica lo desigual que es el acceso a internet en el mundo y al funcionario del Ministerio de Comunicaciones Carlos del Porto que aseguró que Cuba no es enemiga de Internet.

Este televidente se quedó esperando la versión de quienes tenían una opinión diferente a la de los entrevistados (una práctica que debería ser normal cuando el periodismo pretende ser objetivo e imparcial), pero tuvo que conformarse con que al final del reportaje el reportero Alien Fernández se preguntara si el acceso a internet que anunció Obama para empoderar al pueblo cubano “significará el abastecimiento tecnológico a unos pocos actores fabricados durante años para destruir la Revolución”.

Es preocupante ver materiales de este tipo en medio de un contexto en el que el país debería encaminarse a la normalidad en lo que a conectividad se refiere, sobre todo por lo cercano al gobierno que son los entrevistados en este material y se infiere que nada de lo que allí plantearon estos señores se dijo de manera inconsulta.

La política de Estados Unidos ha sido torpe con el tema Cuba (y esto lo ha reconocido el propio Obama) y lo ha sido, entre otras cosas, por aportarle justificaciones al actual gobierno para justificar ineficiencias y validar violaciones de derechos ciudadanos (como la libertad de expresión y el acceso a la información) basado en una lógica de la “plaza sitiada”.

Los argumentos más utilizados por el gobierno cubano para justificar la falta de acceso a internet han sido la imposibilidad de acceder al mercado de Telecomunicaciones de EUA. Esta justificación siempre fue ilegítima, sobre todo después del “cable de Venezuela” y  se derrumba a partir de los sucesos del 17 de diciembre de 2014 con las medidas de la administración Obama. La situación actual muestra indicios de atrincheramiento en el gobierno cubano, de búsqueda de un nuevo enemigo para validar lo que quizás se convierta en un nuevo capítulo de verticalismo y autoritarismo en el que se restringa el acceso a internet a pesar de las facilidades que pudiera ofrecer esta nueva realidad.

Y algo de eso se vislumbra cuando los medios de prensa anuncian por estos días, con un entusiasmo desmedido, el I Taller Nacional de Informatización y Ciberseguridad de la Sociedad y la creación de una organización que agrupará a profesionales de las Tecnologías de la Informáticas y las Comunicaciones (TICs). Todo parece indicar que allí se reunirán los “expertos” y “decidirán” cuales serán las bases de la “política para la informatización del país y las prioridades en este sentido”.

Nuevamente se confirma la falta de voluntad del gobierno cubano de tomar decisiones de manera horizontal. Si uno hace abuso de la perspicacia puede suponer que la convocatoria a este taller y la creación de esta organización son maneras de evitar que los ingenieros de las TICs en Cuba intenten exigir “desde abajo”, tal y como han hecho los cineastas, regulaciones que rijan el acceso a internet y se le exija a al legislativo cubano la aprobación de una Ley de Telecomunicaciones que desde 2011 no acaba de llegar. Por otro lado y por la importancia que tiene este tema para todos los sectores de la sociedad nadie debería quedar excluido de los debates.

Abusando aun más de la perspicacia, uno puede llegar a la conclusión de que (a partir de la historia aun no contada del cable de fibra óptica de Venezuela en 2011 hasta los precios prohibitivos en las salas de navegación en 2014 pasando por las promesas incumplidas de internet en los hogares o a través de redes inalámbricas) el gobierno cubano pretende desplegar un tipo de acceso a internet (y lo mismo se avizora en lo económico y político) al estilo Chino o “Internet cubano al jengibre” como lo calificara un buen amigo haciendo clara alusión a uno de los ingredientes más usados en la cocina China. Sería lamentable que los referentes sean esos y más lamentable aun que quienes dirigen el país valoren más el peligro que según ellos supone liberar el acceso a internet, que el daño que le hacen al futuro del país y a las generaciones que vienen.

Yo tengo fe y no porque crea en quienes deciden los destinos del país. Tengo fe en la gente, tengo fe en que seamos capaces de sacudirnos tanta modorra y ese temor que no nos deja comportarnos como ciudadanos y que en este tema como en otros logremos cambiar las cosas, “desde abajo”, desde la sociedad civil.

Nada de  Internet cubano al Jengibre, espero que, en todo caso, logremos una que se parezca más a la  “yuca” y mojo”.